La historia de 90.000 vacas felices
La historia de 90.000 vacas felices
Óscar Hontoria lleva trabajando más de 20 años en Fuentespina, los carteles que diferencian cada espacio de esta granja, la única de las 348 explotaciones de Calidad Pascual que la marca tiene en propiedad, los dibujó su hija Sara. “Esto es mi vida” asegura.
En esta granja cercana a Aranda de Duero (Burgos), viven 350 vacas que cada día son ordeñadas para obtener más de 40 litros de leche cada una. Los nueve empleados con Hontoria al frente las conocen, las cuidan, las vigilan y las limpian. Ellos han sido los responsables de aplicar las medidas necesarias para recibir el sello AENOR de Bienestar Animal que certifica las buenas condiciones de vida de las vacas.
Para obtener el certificado hay que superar un examen en el que se evalúan parámetros en cuatro grandes bloques:
- Una correcta alimentación
- Un alojamiento adecuado
- Buen estado sanitario
- Comportamiento normal dentro de lo que es la especie
Félix Díez es veterinario y responsable de Bienestar Animal de Calidad Pascual: “La alimentación en las vacas tiene que ser homogénea y debe cubrir todas las necesidades nutritivas. La salud de las vacas no solo se controla con la vigilancia veterinaria y la limpieza de las instalaciones. “Todas llevan un podómetro (una pulsera colocada en las patas traseras), que mide sus movimientos y su estado de salud y nos los envía cada dos horas. Las vacas tienen un ritmo de vida. En el momento en el que varía investigamos las causas”
Este certificado supone una garantía de que las cosas se han hecho bien y con la máxima exigencia.
Fuente:elpais.com
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