Años atrás las vacas tenían que dormir en un colchón hecho con un montón de “xestas” y “toxos” , que eran de lo que se hacían las camas de las cuadras tradicionales.
Ahora en los establos se utiliza arena de sílice, que por lo visto tienen muchas ventajas según sus defensores, como el hecho de que manteniendo un grosor adecuado y un buen uso evita que las bacterias del suelo se pasen a las ubres.
Una de las empresas que se dedica a promocionar esta arena estará presente en la feria ganadera por excelencia “Moexmu”, en Muimenta los días 1, 2 y 3 de abril. Esta empresa garantiza “camas blandas, frescas y secas que impiden la proliferación de microorganismos y agentes patógenos causantes de infecciones y que aseguran la calidad y el tiempo de reposo” de las vacas.
Antes de ser utilizada de cama, esta arena se somete a un proceso de lavado para eliminar la arcilla, para así evitar que se apelmace. Después permanece durante un tiempo sometida a procesos para eliminar la humedad.
Al final, el resultado es un producto de partículas muy finas y redondas, que resulta un suave y cómodo para las vacas, además esta superficie blanda se amolda al cuerpo del animal y que aporta una amortiguación que evita daños al levantarse y al tumbarse.
Resumiendo, las vacas también necesitan tener buenos “colchones”. Al final todo lo que sea mejorar las condiciones en las que tenemos a nuestros animales, determinarán el resultado de la producción.
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