Las micotoxinas, constituyen uno de los peligros sanitarios que pueden afectar a los cereales y sus productos derivados. Son sustancias tóxicas producidas por hongos. Los principales corresponden a los géneros Aspergillus, Penicillium y Fusarium.
Las micotoxinas causan efectos mediante la ingestión, por el contacto con la piel o por inhalación.
Los principales factores que intervienen en la proliferación de la contaminación con micotoxinas son: la temperatura y humedad, el tipo de suelo, la susceptibilidad del cultivo y de la variedad de que se trate, la madurez de los granos en el momento de la cosecha, los daños mecánicos o los producidos por insectos o pájaros sobre el cereal y el almacenamiento.
Una adecuada aplicación de técnicas de cultivo, recolección y almacenamiento puede contribuir a reducir la presencia de micotoxinas en los alimentos. Una vez que los cereales han sido cosechados, se debe prevenir el desarrollo de mohos y la formación de micotoxinas.
Las micotoxinas son tan importantes porque pueden ser la causa de diversos tipos de enfermedades e intoxicaciones: depresión del sistema inmunológico, irritación y alergias. El término general para la intoxicación por micotoxinas es micotoxicosis y en algunos casos puede ocasionar la muerte.
Es importante actuar de forma preventiva, aplicando programas de control estrictos y respetando las normas de seguridad a lo largo de toda la cadena de producción, transporte y almacenamiento.
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