
¿Cómo afecta el calor a la productividad de una explotación de vacas lecheras?
El estrés térmico es uno de los mayores desafíos para las explotaciones lecheras, especialmente en los meses de calor. Cuando las temperaturas superan los 24-26 °C, las vacas empiezan a sufrir efectos negativos que afectan directamente a la producción y bienestar.
- Disminución del consumo de alimento: El calor reduce el apetito de las vacas, lo que limita la ingesta de energía y nutrientes esenciales para la producción de leche.
- Menor producción de leche: Se estima que, por cada grado por encima de la temperatura de confort, la producción de leche puede disminuir entre un 0,2% y un 0,5%.
- Alteraciones reproductivas: El calor puede afectar la tasa de concepción, aumentando el número de inseminaciones necesarias y reduciendo la fertilidad del rebaño.
- Mayor riesgo de enfermedades: El estrés térmico debilita el sistema inmunitario, lo que aumenta la incidencia de mastitis y otras enfermedades.
- Incremento del consumo de agua: Las vacas buscan hidratarse más, lo que puede poner a prueba los sistemas de suministro de agua si no están bien diseñados.
¿Qué se puede hacer?
- Proporcionar sombra natural o artificial.
- Mejorar la ventilación en establos y áreas de descanso.
- Aumentar la disponibilidad y calidad del agua.
- Ajustar la dieta para compensar la menor ingesta de alimento.
Cuidar a nuestras vacas durante los periodos de calor no solo es esencial para su bienestar, sino también para mantener la productividad y rentabilidad de la explotación.
¡Un rebaño feliz y saludable es clave para una producción lechera sostenible!
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