
El calor extremo y su impacto en la cosecha de maíz forrajero
Las olas de calor no solo incomodan a las personas y animales, también pueden afectar seriamente a los cultivos. En el caso del maíz forrajero, las altas temperaturas pueden provocar:
Estrés térmico en la planta
Cuando la temperatura supera los 35 °C de forma prolongada, la fotosíntesis disminuye y la planta reduce su crecimiento.
Mayor evaporación y déficit hídrico
El calor acelera la pérdida de agua del suelo y de las hojas (transpiración), lo que obliga a la planta a cerrar estomas para evitar deshidratación… pero eso también frena su desarrollo.
Problemas en la polinización
Si coincide calor extremo con la floración, el polen puede perder viabilidad y reducir el cuajado de granos, afectando el valor nutritivo del forraje.
Menor calidad nutritiva
El estrés térmico puede reducir la concentración de azúcares y proteínas, impactando la digestibilidad para el ganado.
Recomendaciones para mitigar el impacto:
- Siembra en fechas que eviten la floración en plena ola de calor.
- Riego eficiente y en momentos clave (prefloración y llenado de grano).
- Uso de híbridos más tolerantes a altas temperaturas.
- Mantener buena cobertura del suelo para conservar humedad.
En un clima cada vez más impredecible, la planificación es clave para proteger el rendimiento y la calidad del maíz forrajero.
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