La Tuberculosis Bovina
La tuberculosis bovina es una enfermedad propia de los animales que pueden transmitirse de forma natural al hombre. Esta enfermedad supone un riesgo para la salud pública y para la economía de los ganaderos.
El contagio se produce por contacto con animales infectados y esto puede ser por inhalación, por vía digestiva generalmente, existen otras vías de contacto menos frecuentes como la transmisión cutánea o genital.
Un solo animal puede transmitir la enfermedad a muchos otros antes de que manifieste los primeros síntomas.
Los síntomas que pueden manifestarse son varios y estos tardan meses o años en aparecer, generalmente se manifiestan signos inespecíficos como la caída de la producción de leche y el deterioro del estado general.
Hoy en día en los países desarrollados se ha reducido o eliminado la tuberculosis bovina, pero en los países subdesarrollados sigue teniendo un incidencia muy alta.
Los animales infectados no se tratan ya que resulta muy caro y prolongado. Además el objetivo es erradicar la enfermedad.
Todos los animales infectados se sacrifican.
El proceso de pasteurización de la leche de animales infectados a una temperatura suficiente que mate las bacterias, impide que el hombre se infecte.
La prevención pasa por mantener una vigilancia intensiva de los animales, realizar pruebas y eliminar los animales infectados o que hayan estado en contacto con la infección y controlar los desplazamientos de los animales.