
¿Qué pasa con la tierra después de un incendio?
Cuando un incendio forestal arrasa un monte, no solo desaparecen árboles y vegetación. El fuego deja huellas profundas en el suelo que comprometen la recuperación del ecosistema durante años.
Principales problemas en tierras quemadas
- Pérdida de fertilidad
El fuego destruye la materia orgánica y los nutrientes esenciales del suelo, dificultando que nuevas plantas puedan crecer. - Suelo más frágil y erosionado
Al quedar desnudo y sin raíces que lo sujeten, el terreno se vuelve vulnerable a la erosión por viento y lluvias. Basta una tormenta para arrastrar toneladas de tierra fértil pendiente abajo. - Contaminación del agua
Las cenizas y materiales arrastrados pueden llegar a ríos, embalses y acuíferos, alterando la calidad del agua y afectando tanto a la fauna como al consumo humano. - Pérdida de biodiversidad
La desaparición de plantas deja sin refugio ni alimento a muchas especies animales, provocando desequilibrios en el ecosistema. - Mayor riesgo de desertificación
Si el suelo queda muy degradado y no se actúa a tiempo con reforestación y cuidado, esas tierras pueden convertirse en áreas estériles y secas de difícil recuperación.
La importancia de la restauración
Tras un incendio, es crucial:
- Evitar el pisoteo y el sobreuso de esas tierras.
- Implementar barreras naturales contra la erosión.
- Reforestar con especies autóctonas resistentes.
- Cuidar el suelo para que poco a poco recupere su vida.
Un bosque tarda minutos en arder, pero décadas en volver a levantarse.
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