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¿Por qué los establos estaban antiguamente debajo de las casas?

En Galicia, una región con un clima húmedo y frío durante gran parte del año era común encontrar construcciones rurales en las que los establos para el ganado se ubicaban justo debajo de las viviendas familiares. Esta práctica arquitectónica, que hoy puede parecer peculiar, tiene razones prácticas profundamente ligadas a las necesidades de la época:

  1. Aprovechamiento del calor natural

Una de las principales razones era el aislamiento térmico. Durante los inviernos fríos y húmedos, la presencia de animales en el nivel inferior generaba calor natural, que se filtraba hacia las estancias superiores. Esto ayudaba a mantener calientes las viviendas sin necesidad de utilizar leña en exceso, algo muy valioso en un tiempo en el que el acceso a fuentes de calor era limitado.

  1. Protección contra las inclemencias climáticas

El clima gallego, caracterizado por fuertes lluvias y vientos intensos, hizo que mantener el ganado resguardado y cerca de la vivienda fuera esencial. Tener a los animales debajo de la casa les ofrecerá una capa extra de protección tanto para ellos como para la estructura de la vivienda, evitando que el frío o la humedad deterioren los muros o el entorno de las granjas.

  1. Seguridad para el ganado

Los establos integrados debajo de las casas permitían a los propietarios controlar mejor a sus animales y protegerlos de los posibles depredadores o ladrones.

  1. Comodidad y fácil acceso

Las familias rurales gallegas dependían intensamente de sus animales para el trabajo y la alimentación. Tener el establo justo debajo facilitaba las tareas diarias de alimentar y cuidar el ganado, especialmente en los días de mal tiempo, cuando salir al exterior podía ser incómodo o peligroso. Además, permitía un manejo más eficiente de los recursos, como la distribución del estiércol para los huertos y campos adyacentes.

Herencia arquitectónica y cultural

Estas viviendas tradicionales, conocidas como “casas de labranza”, son un testimonio de la ingeniosa adaptación de las comunidades gallegas a su entorno. Aunque hoy en día este diseño ya no se utiliza ampliamente debido a la modernización de las infraestructuras, estas casas siguen siendo un símbolo de la arquitectura rural gallega y se han convertido en un atractivo turístico y cultural.

 

 

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