El cerdo celta ya le pisa los talones al cerdo ibérico
Carlos Teijeiro dejó su trabajo de oficina para hacerse cargo de la empresa familiar, Cárnicas Teijeiro, en Sarria (Lugo), ante la falta de relevo. Su objetivo era modernizarla y encontró su oportunidad en la cría del cerdo celta, una raza autóctona de Galicia casi extinta a finales del siglo XX.
Esta raza, robusta y adaptada al clima gallego, había sido desplazada por cerdos de mayor productividad. Teijeiro planea crear la mayor granja de cerdo celta de Galicia, con un modelo extensivo y certificado ecológicamente.
La carne del cerdo celta es valorada por su sabor, debido a la grasa infiltrada, y aunque es un producto minoritario, su precio es comparable al cerdo ibérico. Tienen una carne más roja y su crecimiento es más lento, alcanzan entre 100 y 130 kilos en doce meses. Sin embargo, la recuperación de esta raza sigue siendo un desafío.
Gracias a los nuevos criadores y los esfuerzos de promoción, la carne de cerdo celta ha comenzado a llegar a restaurantes, aunque su presencia es limitada y el camino para atraer a más consumidores es largo.
Fuente: www.msn.com
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