
Cambios en la normativa para las granjas de porcino
Estos cambios se centran en reducir el impacto ambiental y en incrementar la bioseguridad y el bienestar animal. La actualización de la normativa sobre la ordenación de granjas de porcino se aprobó en febrero.
Los cambios más significativos que introduce tienen que ver con el impacto ambiental que generan las granjas y se centran en conseguir una reducción de las emisiones de gases contaminantes, en particular del amoniaco, así como de los gases de efecto invernadero. Con estas medidas se pretende reducir cera del 21% las emisiones a partir de 2023.
Esto supondrá un importante desembolso económico para los ganaderos. La instalación y cobertura de las fosas del purín y de abono será uno de los aspectos que va a suponer mayores gastos para los productores. Además, la obligatoriedad de vaciar las fosas más regularmente provocará una mayor necesidad de tierra en la que echar los purines.
Además, otro pilar de esta nueva norma es la mejora del bienestar animal, prestando especial atención en evitar el raboteo. También se prestará especial atención al veterinario de granja que será el responsable de asesorar sobre aspectos relacionados con la sanidad y el bienestar de los animales. Será obligatorio realizar un registro, el llamado Sistema Integral de Gestión de Ganado de Porcino, que contendrá datos detallados de la gestión de la granja y que deberá actualizarse cada 5 años.
Se incrementaran las medidas de bioseguridad en las instalaciones para reducir los riesgos sanitarios y la reducción del uso de antibióticos.
Fuente: campogalego.com/
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