Trabajar en el campo
El trabajo en el campo es duro, detrás de cada producto que llega a nuestra mesa hay manos que apenas vemos. Esas manos a menudo pertenecen a trabajadores del campo que en muchas ocasiones trabajan en condiciones duras.
Jornadas interminables.
Muchos trabajadores agrícolas comienzan su día antes del amanecer y terminan al anochecer, sin horarios fijos, pendientes de que todo esté correcto, la maquinaria guardada, los animales atendidos y todo preparado para trabajar al día siguiente.
Trabajo expuesto al clima.
Lluvia, frío, viento, calor… El campo no espera y ellos tampoco pueden hacerlo. Es muy importante contar con la protección adecuada ya que en muchas ocasiones su salud y seguridad quedan en segundo plano.
Invisibles para muchos.
Mientras los productos del campo ganan reconocimiento por su calidad, quienes los producen, a menudo no reciben el reconocimiento justo por su trabajo.
Es hora de mirar al campo con otros ojos.
Valorar lo local también es valorar a quienes lo hacen posible. Valorar su trabajo es una deuda pendiente.
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